Fragmento de «Visión Medieval» de José Benlliure Gil.

La España cristiana de 1238 era una sociedad en transición, con focos aislados de saber (Salamanca, Toledo) pero sin la sistematicidad del mundo islámico o la innovación china. Su cultura, arraigada en tradición visigoda y feudalismo, dependía de asimilaciones parciales de Al-Andalus, mientras Europa y Asia avanzaban en institucionalización científica. La conquista de Valencia, pese a su simbolismo político, no alteró inmediatamente este desfase; más bien inició un lento proceso de síntesis cultural mediante mudéjares y judíos que permanecieron en el reino.

Cuando la conquista de Valencia, las profundas sombras de la Alta Edad Media ya se habían disipado, pero una península en guerra no era el lugar propicio para el conocimiento ni el comercio.