Maurits Cornelis Escher fue el maestro de las figuras imposibles, las ilusiones ópticas y los mundos imaginarios. Siempre estuvo interesado en representar con tridimensionalidad espacios paradójicos que desafían los modos tradicionales de representación.
El mundo es mucho más de lo que se nos presenta a nuestra vista limitada, como bien sabían los artistas, literatos, intelectuales y científicos de su época.
El mundo es inquietantemente relativo.
Como podemos comprobar, si queremos, en esta época que nos toca vivir.
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