Tras ver estos dos carteles puedes pensar que los ha pegado con celo la misma persona, seguramente de una empresa de publicidad a la que pagan los promotores públicos (Casa de cultura de Añorga) y “privados” (Mogambo de Trintxerpe) y que maltratan el entorno urbano de la calle Matia como escaparate para sus “negocios”.