[61] 7. Cada uno de los que entran en la Compañía,
siguiendo el consejo de Cristo nuestro Señor: Qui dimiserit
patrem, etc., haga cuenta de dexar el padre y la madre y hermanos y hermanas, y quanto tenía en el mundo; antes tenga
por dicha a sí aquella su palabra: qut non odit patrem et matrem, insuper et animam suam, non potest meus esse discipulus.
Y assi debe procurar de perder [C ] toda Ia affición carnal
y convertirla en spiritual con los deudos, amándolos solamente
del amor que la caridad ordenada requiere, como quien es
muerto al mundo y al amor proprio, y vive a Cristo nuestro
Señor solamente, teniendo a El en lugar de padre y hermanos
y de todas cosas.

 

Constituciones, de San Ignacio de Loyola