En los 400m de la calle, los recientes comercios y hoteles restan fachada encartelable. Menos mal que quedan los bancos, los locales en venta, la codiciada fachada de la Cruz Roja y las entradas a los pocos garajes de la calle. Y allí se pelean por un sitio los carteles particulares, los eventos musicales, los restos de anteriores carteles, las firmas políticas y vandálicas, y todos los demás.
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