Hemos cumplido en casa ya 30 días de cuarentena, y no sabemos cuantos nos quedan aún. Hablando de curvas yo me esperaba según las informaciones que nos van dando, que éstas estuvieran bastante mejor. La lógica de los nuevos contagios de hoy es que han sido infectados ya en este mes, donde la situación de aislamiento era la ¿máxima? que podemos tener. Eso indica que este sistema de desastre económico no es suficiente para aplacar la extensión de los contagios, y que la vuelta de algunos al trabajo va a empeorar la situación médica y de rebote, aún más la económica, si no se introducen mejoras en la forma de actuar.

En lo personal, este mes de no salir de casa me ha cogido en un cambio bastante importante de forma vida, facilitando parte de las nuevas costumbres que me he quería dar, como la lectura de libros, el cambio de apariencia de todas mis páginas web, la limpieza de mi archivo fotográfico (no mucha, pero como casi no hago fotos), el estudio de técnicas de fotografía, … y eliminando completamente toda actividad física, impidiendo mis paseos de horas por la ciudad y provincia y el contacto con el nacimiento de la primavera. Cosas a mejor o a peor, pero dándome cuenta de lo afortunado que soy por tener una cálido hogar y una buena compañía que me permite pasar mis días encerrado sin que mi cabeza estalle.

Y ver que la vida sigue, a pesar de esta pandemia que nos meten por la vista y oídos a todas horas, que la gente sigue viviendo y muriendo, cada uno con sus propias historias y no con la que estas semanas está de moda. Y que hay muchas cosas que no son indispensables y otras son superfluas completamente. Y otras sí son realmente necesarias.