El deporte de la pelota vasca, tal como lo conocemos actualmente, es el resultado de la evolución del «jeu de paume» francés en el juego de “Largo” en el País Vasco, en el que la pelota es impulsada con la mano o con un guante de cuero de un lado a otro de un campo dividido por una raya y, posteriormente, en el juego de «ble», nombre derivado de la palabra vasco-francesa blaid, con la particularidad fundamental de que la pelota va contra una pared o frontón.

El saque, en este juego, no tiene tanta importancia como en el tenis masculino, pero aún así, el jugador que lo realiza debe tener un gran grado de concentración, para conseguir aunar la cinemática y dinámica más adecuadas para sacar ventaja de este lance del juego, el saque, que es el único que depende solamente del que lo realiza.

Los y las pelotaris se concentran tanto en el saque que parecen que son uno con la pelota.