Vivimos en un mundo, en el que las lógicas del mercado, del consumo y del pragmatismo, han generado nuevas formas de relaciones, de concepción del mundo, de las personas, de los animales, de las cosas, que sin darnos cuenta, plantean al hombre la «naturalización» de un estado esclavo de vida.

Cuando, como en la obra de Platón, algunos pocos logran salir de la caverna y se dan cuenta de que es posible otro modo de vida, desde otra lógica distinta a la que se impone como pensamiento único, con la confusión que han creado los poderes, el que se da cuenta de la verdad, el que ha salido a la cueva y vuelve a avisar a sus compañeros, será tomado como loco y atacado por ellos.